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14 de Octubre de 2024

El liberal responsable

Así como Jose "Pepe" Mujica marcó tendencia a nivel regional y hasta mundial por su estilo y por su filosofia, Luis Lacalle Pou alcanzó similares muestras de popularidad y relevancia más allá del Río de la Plata por su postura y conceptos sostenidos en la lógica del pragmatismo politico.

AGENCIA UNO/ARCHIVO.
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Guillermo Bilancio

Guillermo Bilancio es consultor de Alta Dirección.

Uruguay es un país tan pequeño como influyente, especialmente por su vida politica y social que le otorgan la característica de un verdadero “oasis” dentro de una región pendular y frustrante. Es importante señalar que en este caso el término “oasis” puede utilizarse en el verdadero sentido de la palabra…

Entre octubre y noviembre, considerando la fecha del casi seguro ballotage, se realizarán las elecciones presidenciales y parlamentarias en Uruguay, un hecho que tiene como noticia destacada al no existir posibilidad de reelección, del fin del mandato de Luis Lacalle Pou. Aunque todos suponemos será por un corto tiempo.

Así como Jose “Pepe” Mujica marcó tendencia a nivel regional y hasta mundial por su estilo y por su filosofia, Luis Lacalle Pou alcanzó similares muestras de popularidad y relevancia más allá del Río de la Plata por su postura y conceptos sostenidos en la lógica del pragmatismo politico. A pesar de las diferencias ideologicas, Lacalle supo convivir con el jefe simbólico de la “izquierda” uruguaya, y no solo ganandose su respeto, sino tambien la admiración de ese viejo batallador que pasó de juzgar irónicamente el potencial politico de Lacalle Pou, a considerarlo un competidor casi imbatible.

Nada fácil que un político reconozca cualidades de un adversario que le disputa no sólo la popularidad, sino la influencia del poder.

Es tan así que en Chile, inclusive políticos, me preguntaban sobre las cualidades que hicieron del presidente Lacalle, una figura regional relevante. Muy simple, son cuatro capacidades que no se consiguen en una universidad ni en los libros: Darse cuenta, decidir, integrar y evaluar.

Darse cuenta es escaparle a los sesgos para percibir la realidad absoluta, y eso es lo que le permitió gobernar desde todos los lados del espectro ideológico, priorizando intereses de la sociedad por sobre soluciones únicas. Nunca tuvo prejuicios en complementar lo mejor del socialismo y del capitalismo a la vez.

“El mercado todo lo posible, el estado todo lo necesario…”, planteaba Luis en cada oportunidad en la que era requerida su opinión sobre el modelo de país buscado, una frase siempre enmarcada en el concepto de la libertad responsable, que lo distingue de falsos profetas que vociferan la libertad esgrimida desde la conveniencia de los extremos.

Decidir es una capacidad natural de Luis. Como buen surfista y rugbier, sabe que sin decisión no hay destino. Y desde su lugar, la convicción siempre supero al conocimiento formal. Eso es sabiduria.

Integrar también es una cualidad adquirida en el vivir. Un generador de acuerdos innato que ha podido alinear y liderar una coalicion hasta hoy, la que lo tiene como referente indiscutido y como lider, aun desde el costado del camino.

Evaluar es una virtud. Alejado del control, la capacidad de evaluar es lo que le dio el aprendizaje a partir de la prueba y el error en su gestion. Desde la pandemia hasta los desacuerdos parlamentarios le permitieron corregir el camino, manteniendo el destino.

En definitiva, ese “chico” rubio y “cheto” de Carrasco, dio muestras que se puede gobernar desde la verdadera política, sin apelar a grietas ni a culpables ajenos, sin gritos ni prepotencias y, tal vez lo más destacable, sin esconderse frente al reclamo de la sociedad. Para Luis, es natural “dar la cara”.

Queda poco para que se cumpla su mandato y deja la vara tan alta que el discurso de su “sucesor” debe amarrarse a la continuidad y el de la oposición un ataque frontal a su figura, lo que los considera simples seguidores.

Deja el cargo el presidente de mejor imagen la region, y mas alla de sus logros, su actitud es la que trasciende como un ejenplo de convivencia política y social.

Se va Luis de la presidencia, pero no del poder. Es un hasta luego.

Lo importante es que quienes tomen la posta transitoriamente, no olviden su legado: “Evolucionar para transformar”.

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