Efecto COVID-19: tomas y campamentos aumentan en la Región Metropolitana tras pandemia
De acuerdo a una investigación del urbanista Iván Poduje, las familias que viven en estas condiciones se han duplicado durante los últimos tres años en la capital, con un mayor crecimiento durante los últimos meses.
Por más de 30 años la Villa Lo Errázuriz de la comuna de Maipú ha estado rodeada de un sitio eriazo que bordea el Zanjón de la Aguada y que ha sido usado como vertedero ilegal. Sin embargo, a comienzos de mayo de este año la geografía árida repleta de desechos de la zona comenzó a cambiar para dar paso a un nueva toma en la Región Metropolitana, ubicada en las cercanías de la calle Isabel Riquelme que colinda con Cerrillos.
Al comienzo sólo se trataba de una familia de migrantes haitianos que llegó al sector provistos de palas y picotas para despejar el terreno donde se instalaría su próximo hogar. Las razones están a la vista: la pandemia del COVID-19 ha generado estragos en la economía e incluso, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el nivel de cesantía llegó a su peor cifra de los últimos 10 años con un 13,1% durante el trimestre mayo-julio. Indicadores económicos que, según expertos, tendrían consecuencias aún peores para la población migrante.
Con el paso de los días se fueron sumando más familias y el nivel de las construcciones mejoró. Mientras al comienzo se utilizaron herramientas simples, en las últimas semanas los vecinos del sector han visto circular máquinas retroexcavadoras y cómo las casas de madera son levantadas sobre una base sólida de cemento.
Sin embargo, el cambio de paisaje no dejó para nada contentos a los vecinos de la Villa Las Flores, quienes viven más cerca de la nueva toma. La preocupación llegó a tal punto que durante el lunes 31 de agosto la Junta de Vecinos Estrella Polar organizó una reunión que contó con la presencia de los pobladores, dirigentes, autoridades municipales y personal policial.
El tema principal, según revelaron a EL DÍNAMO algunos asistentes, fue la toma colindante y el temor de los vecinos por cómo podría avanzar aún más durante los próximos meses. También se debatió respecto al proyecto histórico de la Municipalidad de Maipú que habría prometido en varias ocasiones comprar el terreno e instalar áreas verdes.
La conversación sobre el futuro del terreno contó con la participación del propietario, Pedro Acevedo, quien también es dueño de la discoteca Do Sala Premium, donde Francisco Huaiquipán, hijo del ex futbolista del mismo nombre, asesinó a otro joven en 2016. El empresario también ha estado en otras polémicas, por ejemplo, el Caso Basura donde está acusado de soborno y cohecho por su relación con el ex alcalde de Maipú, Christian Vittori.
Otro de los asistentes fue el concejal de Maipú, Abraham Donoso (ex DC), quien contó a EL DÍNAMO que el acuerdo final al que llegaron los vecinos y la 25º Comisaría de Carabineros de la comuna fue hacer un constante monitoreo del terreno de Acevedo, para evitar que se instalen nuevas familias y crezca la toma ilegal.
De acuerdo a Donoso, hubo un nuevo intento de toma durante la semana pasada cuando “según contaron los vecinos en la reunión, llegó gente a marcar con tiza y piedras la zona”.
Además de la toma que está comenzando en este barrio el concejal Donoso contó que “se han instalado otras tres dentro de la comuna, una en el sector de Vicente Reyes con Pajaritos, otra en Tres Ponientes y una última cercana al parque de mismo nombre”.
“En el caso más importante -Vicente Reyes- eran 20 personas y hoy tenemos una toma de más de 200 familias. La lógica de las personas con las que me he entrevistado es que ven a este municipio como un ente subsidiario que les lleva alimentos y médicos. La gente que no tiene dónde vivir ve que ésta comuna les puede dar eso y un poco más”, detalló la autoridad.
Campamentos se duplicaron en la Región Metropolitana
Pese a que la situación de Maipú podría parecer excepcional, la realidad es que tras el estallido social y posterior pandemia se ha repetido en prácticamente toda la Región Metropolitana. Incluso, la oficina de urbanismo Atisba, quienes llevan a cabo una investigación al respecto, contó a EL DÍNAMO que el número de familias en campamentos en la capital se duplicó entre 2017 y 2020.
Al respecto, uno de sus socios, el urbanista Iván Poduje, reveló que el aumento es incluso superior al registrado en la comuna de Valparaíso, donde creció un 39% en el mismo periodo de tiempo.
Respecto a en qué comunas de la Región Metropolitana se ubicarían los campamentos y tomas ilegales, Poduje dijo que “Colina y Lampa son las áreas de mayor crecimiento, incluyendo tomas o mega campamentos de más de 500 familias”.
“También tenemos crecimientos relevantes catastrados en Maipú, Cerro Navia, La Florida y Puente Alto. Además hemos identificado campamentos nuevos en Talagante, Peñaflor y Padre Hurtado”, agregó el arquitecto.
Si bien el especialista aludió al estallido social y posterior pandemia, luego precisó que la proliferación de las tomas se debe a “una suma de factores”. Por ejemplo, la situación de vulnerabilidad, pero también, “hemos detectado que hay campamentos con organización político-social”.
“Luego de la pandemia, se produjo un crecimiento importante de familias que no pueden pagar arriendos, incluyendo inmigrantes”, reconoció Poduje.
Para el urbanista lo primordial, debido al crecimiento explosivo de las tomas y campamentos, es que ahora el Estado “se mueva rápido”. Es decir, “que comience a urbanizar los sitios fiscales que están abandonados, incluso en comunas donde las familias deben tomarse terrenos como Viña del Mar o Puente Alto”.
“Luego es necesario agilizar la construcción de viviendas y mejorar la asignación del subsidio de arriendo, especialmente en familias jóvenes que viven de allegados, en barrios severamente afectados por el COVID-19”, concluyó Poduje.