Centro INCAR: Una década de ciencia de excelencia dedicada a la acuicultura sustentable en Chile
Desde el 2012, el Centro interdisciplinario ha dedicado sus esfuerzos en generar conocimiento para resolver algunos de los problemas y desafíos más urgentes que enfrenta uno de los sectores productivos más importantes del país.
En 2012 se creó el Centro Interdisciplinario para la Investigación Acuícola, INCAR, financiado por FONDAP-ANID, patrocinado por la Universidad de Concepción y con asociación de la Universidad Andrés Bello y la Universidad Austral de Chile. Esto luego de que en 2011 CONICYT (actualmente ANID) definiera a la acuicultura sustentable como un área prioritaria.
Chile es actualmente el segundo productor más importante de salmones y el mayor exportador de mejillones (choritos) del mundo, posicionando a la acuicultura como una de las actividades económicas más importantes del país, con ingresos superiores a los 5.600 millones de dólares en exportaciones y una fuente importante de empleo, que provee más de 50 mil trabajos directos e indirectos.
En los diez años que celebra el Centro, éste se ha dedicado a generar conocimiento científico de alto nivel para resolver los desafíos más urgentes que enfrenta la acuicultura nacional, con un enfoque interdisciplinario, ya que en INCAR interactúan investigadores del área de la genómica, biología molecular, microbiología, biogeoquímica, ecología, modelación, oceanografía, sociología, economía, entre otras disciplinas.
Cambio Climático y Políticas Públicas
En esta primera década el Centro ha realizado significativos aportes para evaluar la vulnerabilidad al cambio climático de la acuicultura de salmón y el chorito en Chile. En 2020, contribuyó en la elaboración de mapas de riesgo de cambio climático para la acuicultura chilena. Estos mapas de riesgo se utilizan activamente en la mejora e implementación de los planes nacionales de adaptación al cambio climático por parte del Ministerio del Medio Ambiente y por la SUBPESCA.
“El Centro INCAR ha realizado un esfuerzo muy relevante para contribuir en la gestación de nuevas políticas públicas, y al desarrollo de normativas y reglamentación, en pos de una acuicultura sustentable. Es uno de los componentes centrales de la misión del Centro”, declaró el Director del Centro INCAR, Dr. Renato Quiñones.
A la fecha el Centro ha publicado 11 policy briefs y miembros del Centro han participado en comisiones y/o consejos en el Senado de Chile y en Comités Científicos Técnicos asociados a la sustentabilidad acuícola, entre otros.
Entre los aportes más significativos del INCAR a las políticas públicas se encuentra el análisis de la situación del uso de antimicrobiano empleado en agua dulce realizado el 2018 y liderado por el Investigador Principal del Centro INCAR y académico de la Universidad Andrés Bello, Dr. Rubén Avendaño-Herrera, que influyó en la decisión gubernamental de limitar el uso de antibióticos en pisciculturas de agua dulce.
En el mismo sentido, en el 2021, gracias a la generación de conocimiento del Centro, SERNAPESCA comenzó a publicar información sanitaria sobre la fase de cultivo en agua dulce de la producción de salmones (previamente solo se reportaba la fase marina).
Respecto al cultivo de peces en pisciculturas de agua dulce, INCAR ha estudiado a Flavobacterium psychrophilum, el principal patógeno bacteriano en la etapa de agua dulce. Los datos históricos de mortalidad reportados al SERNAPESCA muestran que la contribución total de F. psychrophilum a la mortalidad total en sistemas de caudal abierto se concentra en la estación seca que coincide con el período en que los ríos han mostrado valores negativos.
“Estudios colaborativos internacionales han permitido analizar 41 genomas de este patógeno, profundizando en los genes implicados en la virulencia para los peces cultivados y permitiendo desarrollar protocolos de PCR para la identificación antigénica y genética de los aislados chilenos de la bacteria. Esta información es muy relevante para el desarrollo de nuevas vacunas y el éxito de su uso”, detalló el Dr. Avendaño-Herrera.
Generación de conocimiento
El INCAR ha destacado por obtener la secuenciación y anotación del genoma completo del piojo de mar Caligus rogercresseyi, del chorito Mytilus chilensis, y ha obtenido información relevante sobre patógenos emergentes que causan la enfermedad conocida como tenacibaculosis en las tres especies de salmón cultivado en Chile. Dado lo anterior, en julio del 2018, SERNAPESCA incluyó la Tenacibaculosis en la Lista de Enfermedades de Alto Riesgo.
“Actualmente, la Tenacibaculosis es la segunda causa de muerte de salmónidos en el país. Precisamente, la experiencia previa de uno de los investigadores del INCAR con este grupo bacteriano nos permitió abordar la aparición de Tenacibaculosis en Chile y liderar su estudio, descubriendo por primera vez las nuevas especies Tenacibaculum piscium y Tenacibaculum finnmarkense para Chile y el mundo”, indicó el Dr. Avendaño-Herrera.
Asimismo, el Centro ha sido pionero en la realización de estudios para entender los impactos ambientales de los pesticidas desparasitantes en el cultivo de salmones, y definir los umbrales de floraciones de algas nocivas (FAN) para estos mismos cultivos en el sur de Chile.
En el área de desarrollo tecnológico, los científicos del INCAR han generado tres vacunas contra el piojo de mar y la bacteria Piscirickettsia salmonis, patógenos más importantes de la acuicultura chilena. En la mitilicultura, se han levantado antecedentes para comprender los factores ambientales que influyen en la variabilidad temporal y espacial para el éxito de asentamiento de las “semillas” de chorito.
En el ámbito socioeconómico analizó el impacto de la acuicultura del salmón en la distribución del ingreso familiar y la pobreza en zonas costeras remotas del sur de Chile, los desafíos para la expansión de la acuicultura en pequeña escala (APE) en el sur de Chile, y la influencia de las exportaciones del chorito chileno y del salmón en los precios del mercado europeo y mundial.
El Centro INCAR, a través de su Programa de Outreach, ha conformado una red de Liceos Técnicos que imparten la especialidad de acuicultura, generando programas de fortalecimiento para sus profesores y estudiantes, como también importantes aportes a la transferencia tecnológica y diseños de estrategias de desarrollo para la APE en las Regiones de Maule y Biobío.
Aportes y desafíos para la Agenda 2030
La acuicultura hace contribuciones significativas para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados en la Agenda 2030: Fin de la pobreza (ODS 1), Hambre cero (ODS 2), Reducción de las desigualdades (ODS 10) y Vida Submarina (ODS 14).
“La Acuicultura no debe considerarse sólo una herramienta para producir una proteína saludable y de buena calidad para la creciente población mundial, sino que ayude a través de los cultivos a la recuperación de ecosistemas marinos”, recalcó el Dr. Quiñones.
De acuerdo al Director del Centro INCAR, el principal desafío de la acuicultura nacional es lograr una acuicultura basada en el enfoque ecosistémico, “vinculada de forma armónica con otras formas de uso del ecosistema por otros usuarios, que genera un impacto neutro o positivo en el ambiente, que genera trabajo y bienestar social, y que ese bienestar social llega a las comunidades”, expresó.
Para ello se debe seguir generando conocimiento de relevancia en el ámbito sanitario, ambiental y socioeconómico, para mejorar la reputación de la industria acuícola y su aceptación social.
“Por ejemplo, el desarrollo de la APE es muy importante porque promueve el desarrollo de las comunidades costeras; además se debe seguir centrando los esfuerzos en mejorar las prácticas en la industria, con una fuerte fiscalización y la correspondiente sanción cuando corresponde. Por último, debe fortalecerse la diversificación acuícola, pero no proyectándola solo basada en la rentabilidad de los mercados; sino como una acuicultura del futuro, diversa, dirigida a recuperación de ecosistemas y el repoblamiento de algunas especies que han sido sobreexplotadas en nuestro país”, concluyó el Dr. Quiñones.