¿Cómo prevenir que un menor de edad sea víctima de abuso sexual?
La directora de la Clínica de Atención Psicológica de la Universidad Andrés Bello compartió con EL DÍNAMO algunas claves para estar alertas a las conductas de niños y jóvenes ante este tipo de situaciones.
El abuso sexual es un delito que deja huellas indelebles en las víctimas, atravesando generaciones. Para conversar sobre el tema, la directora de la Clínica de Atención Psicológica (CAPSI) de la Universidad Andrés Bello (UNAB), María Carolina Carrera, compartió con EL DÍNAMO una perspectiva integral, destacando la importancia del apoyo emocional y la prevención.
Para prevenir que los menores de edad sean víctimas de un abuso sexual, es necesario primero hablar de sexualidad al interior de las familias, y fomentar la comunicación.
“En las familias muchas veces no se habla de sexualidad porque se cree que con los niños no se puede hablar de eso, pero es necesario conversar sobre el cuerpo, que sepan nombrar las distintas partes de su cuerpo, incluyendo por cierto las partes privadas y por qué se le denominan privadas y qué es lo que un adulto no puede hacerles”, enfatizó la académica de la UNAB.
A su vez, hizo un llamado a estar atentos a las redes sociales que usan los niños, niñas y adolescentes, y saber qué están viendo.
Además de conversar sobre sexualidad y controlar lo que ven en internet, una recomendación de la psicóloga para prevenir que los menores de edad sean víctimas de abuso sexual es que ellos tengan certeza y seguridad de que le creerán lo que vayan a contar.
Es importante que las familias sean capaces de crear un clima de confianza donde los niños y niñas puedan contar las cosas que les pasan sin temor a que, por ejemplo, puedan haber represalias.
“Que, si llega a tener una vivencia como esa, el niño o niña sepa que su voz va a ser escuchada y que los adultos significativos de su vida van a estar ahí para apoyarlos y les van a creer lo que digan. Crear un vínculo afectivo seguro”, declaró.
Entregarle esa seguridad además hará que el agresor no pueda mantener el secreto, ya que ellos extorsionan a sus víctimas para que no hablen del hecho.
También es relevante enseñarles a los niños y niñas a distinguir las emociones y qué les provocan. “Por ejemplo, vergüenza, alegría, temor, agrado, placer. Es muy importante que ellos sepan identificarlas, porque si reconocen lo que les da vergüenza, van a poder evitar lo que les provoca ese sentimiento y podrán decir algo está pasando aquí”, dijo.
¿Cómo saber si un menor está sufriendo abuso sexual?
Para la directora del CAPSI de la UNAB, las conductas de los menores de edad que nos pueden dar una señal de que estén sufriendo abuso sexual dependen de la edad.
“Si estamos hablando de niños muy pequeños, vamos a ver cambios rápidos. Pudiéramos presenciar episodios de encopresis o enuresis. Esto quiere decir que el menor se orina o defeca, en la noche o en el día, cuando ya controlaba perfectamente sus esfínteres”, detalló.
Otra actitud puede ser la de incurrir en masturbaciones permanentes. “Estamos pensando en niños y niñas de siete años, donde se podría decir que la masturbación es normal que se comience a realizar, pero cuando es demasiado o es ansiosa, uno podría sospechar que algo sucede”, expresó.
Añadió que se puede evidenciar retrocesos en el lenguaje, desordenes alimenticios, dificultad para dormir, pesadillas, o cambios en el rendimiento escolar.
En el caso de los adolescentes “podemos encontrar desórdenes alimenticios, uso de alcohol y drogas, una autoestima disminuida, trastornos más somáticos, dolores abdominales, desmayos o dolores de cabeza muy fuertes, labilidad emocional: que pasan del llanto a la risa muy rápido, e incluso autolesiones e intentos de suicidas”, manifestó.
Imprescriptibilidad del delito
En Chile, desde julio de 2019, el abuso sexual cometidos contra niños, niñas y adolescentes no prescribe. Es decir, que se puede perseguir penalmente a los responsables de un abuso sexual independiente de cuánto tiempo haya pasado desde el hecho del delito.
De esa forma, las víctimas pueden acudir a la justicia sin la presión del tiempo. Esto porque para un menor de edad es difícil de comprender que fue abusado sexualmente.
“Este es un delito que cuesta poder significarlo. Y luego cuando ya es adulto y se da cuenta de lo que vivió, es muy complejo también. Yo diría que es un momento más complejo incluso, porque lo viven con mucha culpa. Yo lo he visto en la clínica donde las personas se preguntan ¿habré hecho yo algo para que esto me pasara?, ¿habrá sido culpa mía? Entonces hay mucha culpa con la que cargan las víctimas”, relató.
“Si una persona no denuncia antes no es porque no querían, sino que porque no podían. No podían significarlo ni ponerlo en palabras. Había una mezcla de miedo, vergüenza, me van a creer o no y sobre todo en una sociedad que sigue cuestionando a las víctimas”, agregó.
A esto hay que sumarle que la mayoría de los abusos sexuales a menores se dan en contextos familiares, por lo que para las víctimas es más difícil hablar porque existen vínculos afectivos que no quieren trastocar, por lo que relatan lo sucedido cuando se sienten preparadas o medianamente preparadas.
“En este caso, cuando hablamos de estar preparados para enfrentar lo que viene, no es solo el tema judicial, sino que el ámbito familiar. Además de tener que revivir el trauma y revivirlo desde otro dolor ahora, desde el dolor de un adulto”, concluyó.