Termina operación de rescate de rehenes en planta de gas: Aún no hay cifra de muertos
El ministro de Comunicación argelino, Mohamed Said dijo que "un número importante de terroristas ha sido neutralizado" y lamentó que en la operación se produjeran "algunos muertos y heridos".
Un número indeterminado de personas murieron el jueves al término de la operación de las fuerzas especiales argelinas destinada a liberar a centenas de rehenes secuestrados por un comando islamista, cercano a Al-Qaeda, que se había atrincherado en una planta de gas en el centro este de Argelia este miércoles.
Poco antes, el ministro argelino de Comunicación, Mohamed Said, había anunciado que 35 rehenes y 15 captores habían muerto y varios “terroristas habían sido neutralizados“, consigna Infobae.
Segúna la agencia oficial, el asalto, liderado por las fuerzas especiales, permitió la liberación de cerca de 600 trabajadores argelinos y cuatro extranjeros: 2 escoceses, un keniano y un francés; según fuentes locales. Otras fuentes señalan que “la mitad” de los rehenes extranjeros fueron rescatados, sin dar más detalles.
De acuerdo a Reuters, fuentes oficiales de inteligencia europeas y estadounidenses confirmaron que los yihadistas planearon el ataque antes del comienzo de la operación francesa en Mali y que su objetivo era conseguir un rescate o la liberación de otros terroristas.
Said, dijo que en la operación “un número importante de terroristas ha sido neutralizado” y lamentó que se produjeran “algunos muertos y heridos”, aunque dijo que por el momento no podía ofrecer cifras.
El ataque y posterior secuestro han sido reivindicados por un grupo denominado “Aquellos que firman con sangre”, perteneciente a la denominada “Brigada de los enmascarados”, dirigida por el argelino Mojtar Belmojtar, quien en su momento se desvinculó del grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
El grupo de Belmojtar dijo que la acción es la respuesta al apoyo argelino a las tropas francesas que desde el pasado viernes combaten junto al Ejército maliense contra los grupos yihadistas que controlan las provincias septentrionales de Mali.
Said declaró que se han tomado todas las medidas posibles para preservar las vidas humanas y llevar a buen término la operación militar, que según el ministro es consecuencia del “extremismo de los terroristas”.
Por otra parte insistió en que Argelia no negociaría con los terroristas y que no aceptará ningún “chantaje” que suponga una ruptura en su lucha contra el terrorismo, marcada oficialmente por su rechazo al pago de rescates o a la concesión de exigencias.
Said también comentó que el gobierno argelino está en contacto permanente con los países que tienen algún ciudadano retenido por los terroristas.
Los que escaparon y lo que cayeron
La agencia APS también informó de que 30 rehenes argelinos lograron escapar y fueron recogidos por helicópteros que sobrevolaban la zona.
Según “fuentes sobre el terreno” que la agencia estatal argelina no identificó, “la mitad” de los rehenes extranjeros han sido liberados.
Tras el ataque, los asaltantes dijeron a través de la agencia privada mauritana ANI, su principal vía de comunicación, que mantenía cautivos y con vida a siete ciudadanos occidentales, tres belgas, dos estadounidenses, un japonés y un británico.
Anteriormente, el portavoz yihadista había declarado que 35 secuestrados y murieron en un bombardeo que el Ejército argelino efectuó hoy contra la planta gasística cuando los secuestradores trataban de transportar a un lugar más seguro a parte de los rehenes.
Sin embargo, el Gobierno de Argel no ha hecho comentarios sobre estos datos y no ha informado en ningún momento sobre eventuales víctimas, más allá del ciudadano argelino y el británico que murieron ayer durante el ataque a la planta de transformación de gas y otros seis heridos.
El pasado diciembre, tanto Belmojtar como el máximo lider de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Abdelmalek Drukdal, alias Abu Musab Abuludud, amenazaron con lanzar ataques contra los países que participaran en una eventual intervención militar contra los grupos salafistas establecidos en el norte de Mali.
Estas amenazas parecen haberse cumplido y países como Francia y España ya han solicitado a sus ciudadanos “extremar la vigilancia y la prudencia” por “los posibles efectos sobre la seguridad” que se puedan derivar de la intervención en Mali.