El cambio climático le quita sabor a los mariscos
Estudio demostró que el pH del mar altera la calidad sensorial de especies como el camarón boreal.
Un reciente estudio realizado por investigadores de Reino Unido, Canadá y Suecia, demostró que la acidificación de los océanos (descenso del pH del agua), no sólo afecta las condiciones de vida que tiene la flora y fauna marina, sino que también está cambiando el aspecto y el sabor de los mariscos.
En la edición de noviembre de la revista Journal of Shellfish Research, se dieron a conocer los experimentos encabezados por el profesor del departamento de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad de Gotebong, Suecia, y fueron presentados como “la primera evidencia de que la acidificación de los océanos altera la calidad sensorial en un marisco“.
Los investigadores afirmaron que el impacto que tiene el cambio climático en el sabor de los productos del mar “puede tener importantes repercusiones para los consumidores y el mercado de mariscos”.
Del laboratorio al plato
Para poder demostrar la investigación, los autores realizaron un experimento para comprar la supervivencia y calidad sensorial del camarón boreal (Pandalus borealis). De este modo, los expertos compararon la supervivencia y las características de estos mariscos con las condiciones actuales de acidez en el mar y las contrastaron con las condiciones que se esperan según los modelos de cambio climático.
“Los resultados muestran que la disminución de pH aumentó significativamente (63%) la mortalidad de los camarones estudiados”, indica la investigación. En cuanto a la calidad sensorial del marisco, el experimento consideró un panel de 30 conocedores locales, quienes debían calificar cuatro camarones (2 de cada pH) en tres parámetros: aspecto, textura y sabor. “La disminución del pH reduce la puntuación significativamente para el aspecto y el sabor, pero no la textura”, afirman los investigadores.
El experimento determinó que los camarones evaluados con una acidez menor, o sea, con las condiciones que se esperan producto del cambio climático, tenían 2,6 veces más de posibilidades de ser anotados como los camarones menos deseables en el plato.