Van Rysselberghe, presidenta de comisión de DD.HH del senado: "Las disforia de género es una patología"

El caso rápidamente acaparó la atención nacional. Andrea Escobar, la niña de cinco años que nació en cuerpo de hombre y que fue hasta hace un tiempo criada con el nombre de Baltazar, debió abandonar el colegio Pumahue de Chicureo luego de que este no respetara su identidad de género. Tras eso, su padre anunció una demanda en contra del establecimiento por discriminación y junto a eso, hizo un fuerte emplazamiento a Jacqueline Van Rysselberghe, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado, instancia en donde se tramita la Ley de Identidad de Género que busca facilitar el trámite para hacer un cambio de identidad sexual en el Registro Civil.

“Me gustaría mandarle un mensaje a la señora Van Rysselberghe, que es la presidenta de la Comisión (de Derechos Humanos del Senado) donde se está discutiendo esta ley: que me responda el mail que le mandé solicitando una reunión para que ella pueda tener la opinión de un padre que necesita que su hija se cambie de nombre, que necesita que su hija tenga más derechos”, dijo el padre de la menor, Víctor Escobar.

Ante esto, la senadora de la UDI dijo que deberá revisar bien su mail porque no ha recibido ningún mensaje de Escobar, pero aseguró a El Dínamo: “Yo no tengo ningún problema en poder juntarme con él”.

Sin embargo, la parlamentaria dice que hay puntos en la legislación de Identidad de Género con los que no está de acuerdo. Como por ejemplo, que para hacer el cambio legal de nombre, no se solicite la presencia de un especialista médico, y solo baste con la autorización legal de un juez.

“La Organización Mundial de la Salud como la Asociación Americana de Siquiatria, que son las dos organizaciones más grandes en términos de salud mental, plantean que la disforia de género es una patología y cuyo tratamiento puede ser un cambio de sexo. Yo no me niego a eso. Ese tratamiento puede sanar a la persona, sin duda. Pero esa calificación a mí me parece que un juez no está en condiciones darla (…) Desde mi perspectiva esto sigue teniendo que estar en manos de un médico”, dice la senadora.

La parlamentaria agrega: “Pueden haber casos y no son tan escasos, en que esta disonancia entre el sexo biológico y el sexo mental no se deba a una disforia de género sino que se deba a otra causal. Y por lo tanto un juez no está en condiciones de certificar (…) Puede ser una persona que no tiene disforia de género pero tiene, por ejemplo, una psicosis, en donde cree que es alguien distinto a quien realmente es y quiere cambiarse el sexo”.

“Esto debiera ser para quien lo necesita de verdad. Pero que quien califique al que lo necesita, a mí me parece que mientras la Asociación Americana de Psiquiatría y la OMS lo sigan considerando dentro del listado de patologías, debiera verlo un médico”, concluye Van Rysselberghe, que está consciente que su opinión choca con la de los grupos pro diversidad sexual, que plantean que la disforia no es una patología y que la persona tiene derecho a su libre desarrollo conforme a la identidad sexual que quiera.