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5 de Abril de 2013

Primera pareja de lesbianas que tendrá un hijo con inseminación artificial: “Somos familia”

En esta entrevista exclusiva de El Dínamo, hablan de cómo fue la inseminación artificial y clandestina, de cómo están “a la deriva” legalmente, de sus temores sociales y de por qué no han querido acercarse a alguna organización homosexual.

Por Redacción
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Hace nueve años que Cristina y Mónica son pareja. Hace ocho que viven juntas y desde hace cuatro meses conocieron la noticia que les cambiará la vida. Gracias a una inseminación artificial, Cristina tendrá a su segundo hijo, convirtiéndose en la primera pareja de lesbianas que hace público su proceso de maternidad en el país.

Cristina y Mónica viven en la zona sur de la capital. Sentadas en su living de su pequeña pero acogedora casa, hablan de forma intercalada y sin interrumpirse de todas los problemas que han tenido que sortear desde antes que se confirmara que Martina Ignacia, o Cristóbal Ignacio, venía en camino.

Cristina, de 28 años, tiene esa mirada cómplice de la pareja que conoce hasta los malos pensamientos. Mónica en cambio, tiene solo 23 y sonríe siempre, incluso hasta al recordar los difíciles momentos que han compartido. Ellas son parte de los cerca de 35 mil chilenos que reconocieron convivir con una pareja del mismo sexo en el Censo 2012, demostrando una realidad nacional que muchos sectores quieren ocultar como sea posible.

Tanto así, que ellas aceptaron contar su historia, pero guardando su identidad, por miedo a las consecuencias laborales y a que las “sigan apuntando con el dedo”.

Quieren hacer público todo su proceso “para ser ejemplo para muchas parejas que no lo hacen por miedo. Porque esto va a ser todo para el resto y pa’ todos los compañeros que están nadando día a día contra esta corriente que nos ve como bichos raros”, explica Cristina.

“Nosotros no somos pervertidos, somos una familia y vivimos como una familia”, remata Mónica, que por primera vez deja de sonreír.

En esta entrevista, la primera pareja de lesbianas que hacen público su embarazo por inseminación artificial, hablan de lo difícil que ha sido todo, de cómo fue la inseminación clandestina, de cómo están “a la deriva” legalmente, de sus temores y de por qué no han querido acercarse a alguna organización homosexual, las que “se cuidan las espaldas entre ellos”.

Una inseminación clandestina

Fue hace cuatro meses cuando Cristina, al día siguiente del cumpleaños del abuelo de Mónica, fue donde un ginecólogo amigo y clandestinamente se realizó una inseminación artificial. Fue una decisión que conversaron por meses y que contó con todo el apoyo de la familia de Mónica, con lo que se sintieron más seguras para dar el paso.

“Cuando salió positivo fue una alegría enorme y gracias a Dios, yo cuento con el apoyo de mi familia, entonces mi abuela ya está tejiendo, mi mamá chocha, ya le compró los dos primeros cascabeles, mis tíos, mis hermanos, fascinados, o sea se pelean quién va a la ecografía”, dice Mónica.

Añade orgullosa, y todavía algo sorprendida, que en el consultorio donde están controlando el embarazo de Cristina los aceptaron como familia homoparental.

En el carnet de embarazo aparezco yo como progenitor, aunque no lo soy, y que soy el papá de la guagua y que somos una familia”, dice Mónica.

¿Eso significa que podrás entrar al parto?
Mónica: Estoy entrando a ecografía, a los talleres que ella tiene, me enseñarán a mudar, estaría entrando al parto… el apoyo del consultorio Centro de Salud Familiar La Florida está buenísimo.

¿Y cómo fue el proceso para quedar embarazada?
Cristina: ya lo teníamos conversado y la pregunta obvia es cómo lo hacíamos.
Mónica: Igual pensamos en otros métodos más artesanales, más caseros, pero surgió la posibilidad de hacerlo con un profesional que conocimos y que conocía el cuento.
Cristina: pero no está autorizado para hacer eso, porque él es ginecólogo. Es el primo de una amiga de muchos años. Igual lo hicimos en una clínica particular. El cuento fue encontrar el espermio…

¿Y dónde encontraron a ese espermio?
Cristina: Había que comprarlo.
Mónica: Y surgió la genial idea de buscarlo por internet porque era más económico, y apareció uno diciéndome ‘yo te lo regalo’. Ya po, ‘dame tus datos, juntémonos, hagámonos exámenes’. Me dijo, ‘sí, pero yo quiero que me contrates una prostituta’… Después salió otro piteado, hablando en metáforas sobre cuando se alinean los planetas… Y al final el mismo ginecólogo nos ayudó a encontrar al donante y él mantuvo en reserva quién es.

¿Y ya tienen fecha?
Cristina: Para el 7 de octubre. Esa es al fecha de parto. En el hospital Sótero del Río debería ser.

El otro hijo de Cristina

El caso de Cristina y Mónica, sin embargo, tiene un precedente que no se puede obviar. Cristina ya es madre de Luis, quien hoy tiene 9 años y está al cuidado de su cuñada desde hace 6, por lo que ya empezaron con los trámites legales para tener mayor participación en la tuición del menor.

¿Por qué perdiste el cuidado de tu hijo mayor?
Cristina: 
Yo era cabra, y había fallecido mi mamá recién y quise hacer todo lo que no hice cuando mi mamá estaba viva, y ahí preferí no arrastrar a mi hijo a la vida que yo iba a llevar y preferí cedérselo a mi hermana con el compromiso de ayudarla.

Mónica: Además influyó en los cahuines de una vieja copuchenta que teníamos de vecina en Maipú, que hablaba que lo quemábamos con la plancha, o que llegaban amigos gay de nosotros y tocaban al niño. Nada de eso se comprobó ante la ley, pero la vieja sí hablaba y sí hizo que mi hijo pasara por un mal rato, incluso tuvo que estar un tiempo viviendo en un hogar de menores.
Cristina: si sentía un poco de música, llamaba a los pacos. ‘No, es que hay fiesta y está lleno de maricones’, aunque no hubiese nadie en la casa.
Mónica: Nosotros queremos recuperarlo. Yo tengo que verlo a escondidas. El otro día fuimos a comprar zapatillas y al ver a una pareja de carabineros, me dijo ¡escóndete!
Cristina: cualquier cosa lo asusta, anda asustado.
Mónica: Entonces con este otro hijo no queremos que pase lo mismo.

¿Y por qué pedir ahora la custodia de Luis?
Mónica: Porque el tema empezó cuando el niño creció y empezó a querer salir y quedarse con nosotros y ahí nos cambió la relación con mi cuñada, que ya tiene un cuento de homofobia. De que no quiere que nuestro hijo se acerque a nosotros. Estamos a la deriva legalmente con el mayor y con el que viene en camino.
Cristina: el único tema es que somos dos mujeres. No tiene que ver si le damos cosas, o si lo vamos a buscar… Si el niño viene para acá, tiene que sacarme fotos con ella, para ir a mostrárselas a mi hermana pa’ que mi hermana las lleve al juzgado. Entonces, es ridículo.
Mónica: Mi hijo de ocho años viene pa acá, y se me tira a los brazos llorando y me dice ‘me dijeron que te tenía que sacar fotos’. Entonces le digo que si las quiere tomar, tome fotos. No, me dijo, pa qué. Y yo de puro gusto subí una foto de nosotros jugando en el patio a Facebook.

“Legalmente estamos súper solas”

¿Cuentan con apoyo en sus trabajos?
Cristina: yo no trabajo, pero Mónica sí ha tenido apoyo.

Pero no tendrás post natal…
Mónica: Es que ese es es un tema legal, me dicen que no pueden. Me pueden dar permiso. Pero no me los puede dar pagado, más allá de dos días que no me descontarán. Legalmente estamos súper solas…
Cristina: estamos a la deriva.

¿En qué otro tema han sentido estar a la deriva legalmente?
Mónica:
En que yo quiero darle salud a mi hijo, quiero darle una previsión, porque en este caso yo no más trabajo y yo no más estoy imponiendo. Yo no tengo mal trabajo, yo no gano mal. Ahora estoy pronto a abrir una empresa mía de radio taxi. Entonces, cómo lo hago yo para que la guagua sea carga mía. A lo mejor él va a tener mi apellido, pero será porque ella se lo pone como chapa, porque tampoco voy a poder poner mi firma en el Registro Civil. Lo que más quiero es reconocer a mi hijo, para darle salud o el día de mañana si me separo de ella, poder tener unas visitas decentes. O poder darle una pensión, una manutención de él. Ya más que el tema de las visitas, del bienestar de él.

¿Y se están asesorando legalmente?
Mónica: Tenemos un abogado independiente de las organizaciones homosexuales y él nos dice que estamos en el aire legalmente. Porque como abogado, él no puede hacer nada. Ni siquiera con la ley Zamudio.
Cristina: lo otro que habíamos hablado es que ahora vamos a tener la empresa de radio taxis, que si falleciera ella o yo, ¿qué va a pasar con la empresa? Puede venir su familia o mi familia a pedir cosas. Tampoco tenemos un respaldo para decir que nosotros construimos en tantos años las cosas. No tenemos de qué agarrarnos.
Mónica: Si fallecemos, tampoco sabemos qué pasará con nuestros hijos, que serán hermanos, no sabemos si se podrán quedar juntos o si a Luis se lo va a llevar mi cuñada y al otro mi mamá.
Cristina: o si los dejarán verse.

“No nos hemos acercado a las organizaciones homosexuales porque no queremos hacer de mi hijo un circo”

¿Se han acercado a alguna organización pro derechos de homosexuales?
Mónica: No nos hemos querido acercar a ninguna agrupación todavía. Nos han ofrecido ayuda, se han acercado Iguales, ha hablado con nosotros el Mums, el Movilh, donde Rolando Jiménez se ha hecho presente. Pero no quiero hacer de mi hijo un circo, porque yo he participado en organizaciones homosexuales, estuve en Movilh y sé como funciona esto y no quiero que el día de mañana una entidad X esté cobrando 4 millones de pesos por tener en primera plana el cuento de mi hijo. O que gracias a la organización se construyó tal cosa. Porque ya no son luchas sociales. Creo que se han ido desenfocando.

¿Por qué?
Mónica: Por ejemplo, cuando murió Daniel Zamudio se hizo un evento grandísimo para juntarle dinero a la famlia. Participaron muchos personajes de la televisión y muchas personas y la familia recibió apenas un millón de pesos. ¿De cuánto? ¿Quiénes financian estas agrupaciones? Se cuidan las espaldas entre ellos.

¿Pero no les serviría para al menos hacer más ruido?
Cristina: sí, por un tema de ruido sí.
Mónica: Pero yo tengo mi abogado aparte y la demanda la ponga mi abogado o uno del Movilh va a ser la misma. Queremos mostrar de a poco nuestros problemas. Somos la primera pareja que se dará a conocer públicamente mientras está embarazada.
Cristina: Además, queremos casarnos, junto con César, entonces daremos qué hablar igual.
Mónica: Es un sueño casarse, es un sueño formar una familia y no ser apuntados con el dedo. Entonces es tema para mí darlo a conocer por una organización, donde yo participé, donde en las reuniones donde se supone que se debe presentar qué está pasando, o prestar apoyo o generar iniciativas, es ir a fumarse un pito y tomar unas chelas y ahí se te olvida el tema social. Entonces yo no quiero lucrar con esto. No quiero que una agrupación me ofrezca plata por ir a una entrevista.

¿Qué posibilidades legales han visto?
Mónica: Iguales se nos acercó diciendo que había un par de vacíos legales, tenemos que juntarnos con ellos y ver qué ofrecen y ver también cómo nos puede afectar al tema de la demanda de nuestro hijo mayor. Y tampoco que no sea un chiste ni se preste para un juego como se está prestando la ley Zamudio.

¿Por qué?
Mónica: Hay agrupaciones que se están provechando políticamente de la Ley Zamudio. Todas en realidad. Pero creo que políticamente hablando es el Mums el que está dejado y el que lucha a diario por la persona y no porque puede sacar frutos de algo.

“Pensé en cambiarme de sexo para poder cuidar a mis hijos”

Tal fue ha sido la desesperación de Mónica, que incluso pasó por su cabeza cambiarse de sexo, para así poder casarse con Cristina y poder tener los derechos de adopción, manutención, entre otros.

¿Has seguido pensando en cambiarte de sexo?
Mónica: Lo hablamos en pareja, y estábamos viendo. El otro día me decían que paso piola como joven y me puse a averiguar. Hablé con Iguales, con el Movilh. Y hubiese sido una operación no de cambio de sexo por completo. Era solo el corte de mis pechugas y el cambio de nombre en el carnet y eso podría generar que pudiese postular a un cambio de sexo después en el carnet y ahí yo recién siendo hombre legalmente podría reconocer a mi hijo.

Pero para que te reconozcan el cambio de sexo en el carnet necesitas una operación definitiva de reasignación genital, además de visitas a sicólogos…
Mónica: Sí, le he dado hartas vueltas al cuento y finalmente me di cuenta que prefiero seguir luchando como lo he hecho, porque sino voy a pasar a ser heterosexual y todo lo que he luchado estos ocho años con mi hijo mayor y todo lo que estoy luchando no va a valer nada. Quiero seguir con mi lucha, sino qué va a pasar con otra familia.

Cristina: Además a mí no me gustan los hombres. Si se opera yo no estaría con ella, yo soy lesbiana. Sería como raro. A lo mejor te cambias de sexo, ganas las visitas, pero me va a perder a mí.

Mónica: así es que preferimos alzar la voz.

Los Padrinos gay

Cristina y Mónica además ya están planeando el bautizo de su guagua y para eso ya tienen elegidos a sus padrinos. Uno de ellos es César Peralta, el papá homosexual que es único caso en Chile por contar legalmente con el cuidado personal de sus dos hijos.

Serán otra familia homoparental…
Mónica:
 Todo es como un cuento, nosotros vivimos en un mundo súper paralelo. Nosotras nos vamos a casar, antes o después de que nazca el niño. Estamos hablando con un curita que nos dará una bendición. Estamos viendo el bautizo del niño que también lo hará este curita. Vamos a ser completamente homoparental. Los ‘tioas’, los ‘padrinoas’, que es como les digo yo…

¿Y porqué ellos como padrinos?
Mónica: porque Ellos también son padres, son una familia maravillosa.
Cristina: y han luchado tanto. Y quedaron desamparados totalmente luego de que les detectaran algunas enfermedades.
Mónica: A César no le recibieron más licencias. Y quedó sin trabajo. ¿Dónde quedó Movilh, ¿dónde quedó Iguales, ¿donde quedó toda esa gente por la que César alzó la voz, llegó al parlamento, a La Moneda reunido con el Presidente? Esa lucha, ¿dónde quedó? Ahí estuvo Iguales y estuvo Movilh, porque había pantalla y porque había lucas. Y ahora que no hay pantallas y lucas, ¿dónde quedó la lucha de esa familia? Y es por lo mismo que no quiero meterme a una organización porque le van a sacar el jugo a mi historia, a mi hijo a mi señora y ¿después? Queremos que la lucha siga, que nunca más un niño le pase lo de mi hijo mayor…

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