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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Santiago Rock City: el festival que revivió a dos leyendas

Con The Who fue un éxito tras otro, los Gun’s n' Roses empezaron puntualísimos con un show grandilocuente y la cancelación de Aerosmith les jugó una buena pasada a los Def Leppard. (Fotos: Miguel Fuentes).

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Bárbara Alcántara es Periodista especializada en música. Instagram: chicarollinga

The Who: una cita con la historia

Viernes 29 de septiembre de 2017. 6:20 de la tarde y la espera ha terminado.

Finalmente y después de 53 años desde su formación, una de las agrupaciones ícono del rock inglés pisa un escenario chileno. El público que ha llegado temprano tiene claro el valor del show que está por comenzar. Hay ansiedad en el ambiente, compuesto en su mayoría por adultos mayores de 40 años. Padres e hijos se toman selfies, las bandanas con la bandera británica son un uniforme, uno que otro Slash con sombrero de copa y muchos, pero muchos, guitarristas y bateristas de aire que seguramente se han pasado la vida ensayando frente al espejo.

“I can’t explain” da el puntapié inicial. Ambos se presentan ante un Monumental con una vestimenta y una puesta en escena sobria. Son Pete Townshend (72) y Roger Daltrey . ¡Sí, ellos! El primero llama la atención por el desparpajo con que maneja la guitarra, es como si hubiera nacido con ella colgada y esos movimientos de brazo, circulares, los hubiera ensayado durante la gestación. Frenetismo y técnica insuperable. Daltrey, por su lado, recorre el escenario con un manejo infinito del micrófono. Con una apariencia muy al estilo Richard Gere, el hombre de 73 años enciende al estadio con su voz inmaculada. La audiencia delira y ellos, cómplices y sólidos, disfrutan de una cita histórica, a pesar de que el lugar aún no recibe a la totalidad de sus asistentes. Una falta de respeto a la entidad del rock.

Fue un éxito tras otro, se destacaron “The kids are alright”, “I can see for miles”, “My Generation”, “Behind blue eyes”, “Amazing Journey”, “Pinball Wizard” y el cierre con “Baba O’Riley” y “Wont get fooled again” fue memorable. Una clase de destreza, ayudada por la incombustible batería del hijo de Ringo Starr, Zak Starkey.

Gun’s n’ roses: mismo repertorio

A pesar de su reputación de rufianes, los Gun’s n’ Roses empezaron puntualísimos con un show grandilocuente. Pirotecnia por doquier impresionaba a la ferviente audiencia que ya a las 9:00 de la noche desbordaba el albo coliseo. Axl (55) se dejó ver dinámico y eficaz. Dueño de un sentido del espectáculo de primer nivel, se cambia de ropa en cada canción, luce con orgullo sus botas vaqueras doradas y su voz supera las expectativas. Un rock star de tomo y lomo. Si hubiera mayor conexión entre ellos, sería ideal. Pero eso es mucho pedir.

En tanto, Slash (52) deslumbra con sus solos de guitarra mientras Duff Mckagan (53) marca una de las pocas diferencias con respecto al show del 2016 en el Estadio Nacional: su interpretación de “Attitude” de Los Misfits, con una intro de “You can’t put your arms arround a memory” del guitarrista de los New York Dolls, Johnny Thunders. Ese es el punto más cuestionable del show, la similitud con lo que hicieron el 29 de octubre del año pasado. Para esta ocasión, eso sí, se agradece la incorporación al setlist del clásico de 1988, “Patience”.

La gran mordida de Def Leppard

Día 2. Llueve torrencialmente y el frío cala hasta los huesos.

Enfundado en una chaqueta de cuero plateada, Marky Ramone (65) aparece en el escenario para tributar la mayor parte de su show a los míticos Ramones. Con Óscar “Johnny Fontane” en la voz, clásicos como “Shenna is a punk rocker”, “I wanna be sedated” y “Judy is a punk” suenan como si Joey Ramone hubiera resucitado de entre los muertos. Perfecto para matar la espera.

Unos minutos antes de las 9:30 apareció el clásico logo del quinteto inglés. Def Leppard estaba por comenzar. El segundo momento más esperado del festival había llegado. El legendario guitarrista Phil Collen (quien a pesar de sus 59 años, lució un torso que no tiene nada que envidiarle a un veinteañero) irrumpía en el escenario y ya no se sentían las bajas temperaturas. Joe Elliot (58) proyectaba su voz nítida, potente, seductora junto con lucir una platinada melena lisa. La puesta en escena estuvo compuesta de cinco pantallas. La cancelación de Aerosmith les jugó una buena pasada a los Sheffield porque gracias a que ya era de noche, se podían apreciar mayormente las visuales e iluminación. Sin pirotecnia pero mucho, mucho profesionalismo.

“Animal”, “Rocket”, “Let’s get rocked”, “Pour some sugar on me” enardecían la noche. Eso sí, llegado el momento de “Love Bites” se produjo el éxtasis colectivo. Al igual que con “Hysteria” y el guiño a David Bowie con “Heroes” en el final. Def Leppard cumplió 40 años este 2017, agrupación ícono de la inclusión —debido al accidente de su baterista Rick Allen en 1984— especialmente porque no es tema y no hacen un show al respecto. Además en su directo interpretan las canciones tal como suenan en los discos y eso siempre suma. Definitivamente valió la pena el esfuerzo.

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