Cómo salir de la pobreza
La manera más razonable es establecer reglas claras y ventajosas que fomenten la creación de empleo.
Geoconda Navarrete Arratia es Intendente Regional de Aysén
Con el propósito de establecer políticas públicas en favor de amplios sectores de la población, que vivían en estado de pobreza endémica (o estructural, si se prefiere), desde 1990 los sucesivos gobiernos y otras entidades comenzaron a evaluar de manera cuantitativa y cualitativa los diversos factores que la determinaban, hasta que se llegó a la convicción de que el mejor parámetro era el ingreso familiar.
Así, entraron en juego dos categorizaciones y se empezó a hablar de pobreza a secas y pobreza extrema, y aplicando el criterio del ingreso per cápita, se logró diferenciar a los más pobres entre los pobres.
En esa lógica se perseveró durante más de dos décadas, hasta que a partir de 2009 se lanzó una nueva mirada –más acorde con los cambios socioeconómicos que se iban produciendo en el país– sobre los criterios de estratificación social, entrando en vigencia el concepto de “pobreza multidimensional”, medición que incluyó otros aspectos, como vivienda, salud, educación, empleo y redes de apoyo.
La última Casen –aplicada en 2017 por el Ministerio de Desarrollo Social que encabezaba el psicólogo Marcos Barraza– concluyó que en Chile existe un millón 528 mil 284 (8,6%) personas consideradas pobres de acuerdo a sus ingresos, de las cuales un millón 115 mil 445 (6,3%) son personas que viven en la pobreza no extrema, mientras que 412 mil 819 (2,3%) pertenecen a la extrema pobreza.
No obstante, como lo consigna la propia Casen, entre los años 2015 y 2017 la pobreza multidimensional alcanzó al 20,7% de la población. Ello, tras ponderarse cinco factores (educación, salud, trabajo, vivienda y cohesión social). Así, la última medición determinó que en Chile hay 3 millones 530 mil 889 personas clasificadas como pobres multidimensionales.
Aun cuando Aysén, con su 19% de pobreza multidimensional se ubica por debajo del promedio nacional (20,7%), esta ha aumentado en la región comparada con el año 2016, cuando alcanzaba 16,9%; situación que empeora al compararse los datos elaborados en base a cuatro dimensiones. De este modo, en 2015 la pobreza multidimensional en Aysén llegaba a 15,7%, mientras que en 2017 los pobres aumentaron a 17,7% de la población regional.
El proyecto de modernización tributaria enviado esta semana al Congreso Nacional por el Ejecutivo busca revertir la dura realidad que vienen enfrentando las regiones, en especial, en materia de empleo, uno de los cinco factores utilizados para determinar la pobreza multidimensional.
Por ello, con la aprobación de la iniciativa presidencial se podría revertir la baja experimentada por los chilenos considerados pobres en distintos ámbitos de su vida diaria, como son las dificultades económicas para acceder a viviendas nuevas, solventar los altos costos de la educación y la salud, entre otros.
No existe una fórmula mágica para terminar con la pobreza. Subsidiarla mediante bonos que inflen los ingresos familiares tampoco es la vía más corta ni efectiva para derrotarla; la manera más razonable es establecer reglas claras y ventajosas que fomenten la creación de empleo.
En Aysén existen 7 mil 982 Pymes que brindan 23 mil 530 puestos de trabajo; en ellas debemos concentrar nuestros mejores esfuerzos, fomentando su crecimiento, incentivando su eficaz funcionamiento y fiscalizando sus procesos y cumplimento de normas laborales y medioambientales.
Aun cuando hasta hoy se mantiene la diferencia entre pobreza y pobreza extrema, nuestro reto como Gobierno de Chile Vamos es que como país dejemos de normalizar esa odiosa e injusta diferenciación entre hermanos de una misma Patria. Lo ideal sería que cada chileno pueda conseguir los suficientes ingresos que le permitan acceder a los bienes y servicios que hagan realidad sus sueños y necesidades. Nuestra meta como es hacer todos los esfuerzos para crear las condiciones que se requiere para ello.