Pascua sin excesos
Desde el punto de vista epidemiológico, en Chile, según datos del Ministerio de Salud, un 17,5% de niños de 2 años tienen caries. A los 4 años, esta cifra aumenta a cinco de cada diez niños; y a los 6 años, siete de cada diez poseen caries.
Geraldine Vives es directora Escuela de Odontología UDP
La Pascua tiene dos significados. Uno de ellos es el cristiano, en el que se celebra la resurrección de Jesucristo; el otro, tiene que ver con la tradición del conejo de Pascua, que trae canastas llenas de huevos de colores a los hogares de niños y niñas representando abundancia. No obstante, con el paso de los años esta idea se ha ido desvirtuado, y los huevos de colores se han convertido en chocolates que son escondidos muchas veces en cantidades excesivas. Sin duda, las tradiciones son valiosas para mantener la cultura de las sociedades, sin embargo, en los excesos está el riesgo.
Desde el punto de vista epidemiológico, en Chile, según datos del Ministerio de Salud, un 17,5% de niños de 2 años tienen caries. A los 4 años, esta cifra aumenta a cinco de cada diez niños; y a los 6 años, siete de cada diez poseen caries. Los niños con caries socializan menos y tienen frecuentes cuadros de dolor, inflamación y visitas al dentista de urgencia que suelen ser desagradables en esta etapa. Las enfermedades bucales son las enfermedades crónicas más frecuentes, comparten factores de riesgo con otras enfermedades crónicas no transmisibles y constituyen un problema de salud pública debido a su alta prevalencia, su impacto negativo en la población y su alto costo en el tratamiento.
La Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, que analizó los problemas de salud crónicos, señaló a la caries entre las enfermedades con prevalencias más altas, registrando un 55% en la población sobre 15 años afectada.
Lo anterior, se suma a los efectos que puede tener el consumo excesivo de chocolates para la salud infantil. El Mapa Nutricional 2020, confeccionado por la Junaeb, señaló que un 53,5% de niños de kínder presentaba mal nutrición por exceso (sobrepeso más obesidad). Similarmente, en este nivel se encontraron las cifras más altas de prevalencia de obesidad, llegando a un 29% de todos los niños encuestados. Por otro lado, en quinto básico, 3 de cada 5 estudiantes presenta sobrepeso y obesidad.
La obesidad infantil es un claro predictor de la obesidad adulta. No es fácil prevenirla, porque tiene que ver con cambios de estilos de vida, fundamentalmente con hábitos dietéticos y de actividad física, pero está estudiado ampliamente que tanto el compromiso de las familias como los ambientes escolares saludables resultan beneficiosos para constatar disminuciones de peso en la niñez en corto plazo.
No hay duda de que el chocolate tiene algunos beneficios: es un buen antioxidante y estimulante, ayuda a disminuir la presión arterial, además de ser antidepresivo y generar un innegable placer al consumirlo. Sin embargo, no es un alimento que sea necesario en la dieta y es deseable que su consumo sea moderado y, en el caso infantes, su cantidad sea supervisada por un adulto.
Lo importante es considerar que los beneficios mencionados son atribuidos al chocolate amargo, es decir, con un porcentaje de cacao sobre 70%. Mientras más es el porcentaje de cacao, más son los beneficios. El chocolate con menos porcentaje de cacao presenta más calorías, más azúcar y prácticamente ningún beneficio. En ese contexto, un exceso de consumo de azúcar incluido en huevos y conejos de chocolate, que comúnmente se confeccionan con chocolate “de leche” con poco (y a veces nada) porcentaje de cacao, no presenta ningún beneficio para los niños y niñas que los consumen.
Desde el año 2016, Chile cuenta con la ley 20.060 de etiquetado de alimentos, que permite alertar a los usuarios sobre los sellos de advertencia “alto en”. Da la sensación de que, entre los coloridos envases de los huevos de chocolate, estos sellos pasan más bien desapercibidos en la celebración de Pascua.
Mi mensaje no es eliminar el consumo de huevos y conejos de chocolate, sino a celebrar y consumir con moderación, conscientes de los daños que representa la ingesta excesiva de azúcar, tanto para la salud bucal como para la salud general, con adultos siendo responsables de la cantidad de chocolate que los infantes consumen y que en ningún caso, éstos reemplacen a otros alimentos de la dieta diaria de niños y niñas.