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Actualizado el 18 de Octubre de 2024

La educación superior en la nueva era tecnológica: un desafío ineludible para el siglo XXI

François Staring, experto de la OCDE, abordó en el Primer Congreso Iberoamericano de Aseguramiento de la Calidad y Educación Superior en Línea, organizado por la Universidad Andrés Bello, la necesidad de integrar la innovación tecnológica en las instituciones de educación superior. Destacó que esto es fundamental para crear experiencias de aprendizaje dinámicas y accesibles, que cierren brechas y redefinan el modelo educativo.

Por Valentina Pizarro
El experto en políticas educativas de la OCDE instó a las universidades a mantenerse abiertas al cambio y a la experimentación. CEDIDA.
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En un contexto global marcado por la constante evolución tecnológica, la educación superior enfrenta el reto de adaptarse a las nuevas demandas del siglo XXI. La innovación tecnológica se ha convertido en una herramienta crucial para reconfigurar los sistemas educativos y preparar a las próximas generaciones para los desafíos del futuro. Según François Staring, analista de políticas en educación superior de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es esencial que las instituciones académicas adopten estas tecnologías, no solo como una moda pasajera, sino como un eje fundamental en la mejora del aprendizaje.

“Estamos viviendo una transformación irreversible en la educación superior. Las universidades deben adoptar enfoques tecnológicos que promuevan la interacción y el aprendizaje activo. Si bien muchas instituciones han comenzado a explorar estas herramientas, aún queda mucho por hacer para integrar completamente la tecnología en todos los aspectos de la enseñanza”, afirmó Staring, quien participó en el 1er Congreso Iberoamericano de Aseguramiento de la Calidad en la Educación Superior, organizado por la Universidad Andrés Bello (UNAB).

Uno de los aspectos clave que resalta el experto de la OCDE es la necesidad de utilizar la tecnología no solo como un recurso adicional, sino como una plataforma que potencie la creación de experiencias de aprendizaje dinámicas y colaborativas.

La tecnología tiene el poder de transformar la enseñanza, pero su implementación debe ir más allá de trasladar lo que ya se hace en las aulas tradicionales a plataformas en línea. Se trata de repensar cómo enseñamos, cómo los estudiantes aprenden y cómo las universidades pueden apoyar esa transformación”, sostuvo.

Staring también hizo un llamado a los líderes educativos para fomentar una mayor inversión en tecnología educativa. “No podemos seguir relegando la innovación tecnológica a un segundo plano en nuestras políticas educativas. Las instituciones que no logren adaptarse corren el riesgo de quedarse atrás en un mundo que avanza cada vez más rápido”, acotó.

La accesibilidad como prioridad

Además de subrayar la importancia de la innovación, el experto de la OCDE destacó que la tecnología debe ser un motor para democratizar el acceso a la educación superior.

“Es fundamental que la tecnología no solo se implemente en universidades de primer nivel, sino que esté al alcance de todos los estudiantes, sin importar su origen o contexto socioeconómico. Esta es una oportunidad única para cerrar brechas y asegurar que todos tengan acceso a una educación de calidad”, aseguró.

CEDIDA.

La implementación de tecnologías como la inteligencia artificial, los análisis de datos y las plataformas de aprendizaje en línea tienen el potencial de mejorar la personalización de los contenidos educativos y adaptarse a las necesidades de cada estudiante. “Estamos viendo un cambio hacia un modelo más flexible y centrado en el estudiante, donde la tecnología facilita una experiencia de aprendizaje más personalizada. Este es el tipo de innovación que necesitamos impulsar”, indicó Staring.

Un cambio cultural necesario

Sin embargo, la innovación no se logrará únicamente con la adopción de nuevas tecnologías. Según Staring, es igualmente importante que las instituciones educativas cambien su cultura organizacional para aceptar estos avances. “La resistencia al cambio es uno de los principales obstáculos que enfrentamos. Es necesario un cambio cultural profundo en nuestras universidades, para que no solo acepten la tecnología, sino que la vean como una aliada en la mejora del aprendizaje”, explicó.

Con la mirada puesta en el futuro, el experto en políticas educativas de la OCDE instó a las universidades a mantenerse abiertas al cambio y a la experimentación, enfatizando que la innovación tecnológica es solo el primer paso hacia un sistema educativo más inclusivo y efectivo. “Si queremos que nuestras universidades sigan siendo relevantes, debemos estar dispuestos a innovar y a repensar nuestra forma de educar”, concluyó.

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