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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

La Coordinadora del Trasplante, un enemigo silencioso de la donación de órganos

El caso de León Smith ha provocado que me sienta indignada por un sistema de salud que se ríe de nosotros, los que trabajamos ocho, diez, hasta doce horas al día y que pagamos sagradamente las cotizaciones en Fonasa o Isapre, depositando la confianza que si algún día tenemos un problema médico “ese sistema nos protegerá”, pero estamos profundamente equivocados. Porque la salud es un negocio y porque se ríen de nosotros y porque no nos podemos enfermar, nos convertimos en un problema social.

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Macarena Ilabaca Burrows es Periodista. He pasado por radio, televisión y medios digitales. Donante por opción y no porque la Ley lo dice. En Twitter @macailabaca

El caso de León Smith despierta la necesidad de que debemos cambiar los actores del sistema. Hoy más urgente que nunca.

Hablamos de quienes dirigen la Coordinadora del Trasplante creada en el gobierno de Sebastián Piñera y que actualmente su máxima autoridad, José Luis Rojas, está escondido sin dar respuesta – ni soluciones – a trabajar en, por ejemplo, la baja tasa de donación del país, insistir en una campaña permanente de donación de órganos, y ni pensar en salir apoyar, defender y explicar insólitos casos como el cobro de más de 500 millones a la familia de León Smith.

Me conmueve, derecha y sinceramente lo digo, me parte el corazón escuchar que la gente se muere por que no les llegó un trasplante, si son niños como León, como Felipe Cruzat y como José Alberto que tenía 16 años y muchos años por vivir, me parte el alma. Son noticias que destrozan y que hacen que uno pierda la fe en la solidaridad que en un país tan chico como Chile, que solo Don Francisco ha logrado mover, hoy somos individualistas y egoístas.

Pero el caso de León ha provocado que me sienta indignada por un sistema de salud que se ríe de nosotros, los que trabajamos ocho, diez, hasta doce horas al día y que pagamos sagradamente las cotizaciones en Fonasa o Isapre, depositando la confianza que si algún día tenemos un problema médico “ese sistema nos protegerá”, pero estamos profundamente equivocados. Porque la salud es un negocio y porque se ríen de nosotros y porque no nos podemos enfermar, nos convertimos en un problema social.

Resulta que la familia de León que viene del sur del país y que tuvo que cambiar radicalmente su vida de un día para otro, hoy le debe al Hospital Clínico de la UC más de 500 millones. Alguien sinceramente, que no sea Farkas, Luksic, o ninguno de los chilenos con billeteras abultadas ¿tiene realmente esa cantidad de plata? Yo creo que no. Excepto que se gane alguno de estos juegos de azar o tenga suerte y sin ser jamás descubierto, de tener un patrimonio como Orpis o Fuentealba.

Y claro que hoy es noticia porque Juan Smith, el papá de León, ha tenido la suerte de poder contar su insólito problema y que no ha tenido ningún tipo de respuesta por parte del gobierno. Que tampoco fue capaz de recibirlo cuando su hijo estaba vivo, cuando un papá desesperado le pedía ayuda a una Presidenta que viene del mundo de la salud para que se hiciera cargo de un problema país “la nula cultura de donación y trasplante”, pero la culpa NO es de Bachelet.

A través del ministerio de Salud, en la subsecretaría de Redes Asistenciales, existe un departamento que se llama: Coordinación Nacional de Procuramiento y Trasplante de Órganos y Tejidos, a su cargo está el Dr. José Luis Rojas. Si usted no conoce o no le suena su nombre, no se preocupe, porque seguramente a él tampoco.

Pero resulta que el Dr. Rojas no está en ninguna parte, aunque bueno, está en su oficina trabajando. ¿En qué? No lo sabemos, para quién menos. No ha tenido avances significativos en su jefatura, entiéndase como campañas exitosas y de largo aliento y el insertar la discusión de la donación de órganos en el país. Eso no lo ha logrado porque no lo ha hecho y no tiene disposición para realizarlo. Necesitamos cambios reales y no de papel.

Y ahora cuando más lo necesitamos, casi en una función de superhéroe que debería estar defendiendo a la familia de León, está como diríamos en buen chileno “fondeado por ahí”, ¿y por qué? Es la respuesta que queremos saber, pero por mientras, podemos pensar porque en realidad no tiene ningún interés en que Chile avance a números – como por ejemplo – el de España, que tiene cifras soñadas de donantes. Debe ser más fácil estar en la oficina en el edificio de Mac Iver, que estar siendo un personaje heroico y que pelee codo a codo por lo que es básicamente justo, que el Estado nos garantice la salud.

Las cifras españolas arrojan que hay 39,7 donantes por millón de población, el doble que en la Unión Europea (19,6) y lejos de países como Estados Unidos (26,6), Francia (25,3) y Reino Unido (20,6). En Chile apenas tenemos 6,7 donantes por millón de habitantes.

Esperemos que esta actitud de hacerse los sordos ante la contingencia no le haga efecto rebote a las cifras del trasplante, pues el año pasado ya cerramos con números negativos. ¿Qué expectativas nos queda para este año cuando el MINSAL y su coordinadora de Trasplantes, se quedan sentados y salen a dar cuñas cuando los pacientes están agónicos? Más acción y menos reacción.

¿Por qué no salen a la calle? ¿Por qué no hacemos campañas reales? ¿Por qué no defendemos a las familias como las de León? ¿Por qué no trabajamos en cambios reales y no nos quedamos solo en la declaración de vez en cuando a la prensa?

El ministerio de Salud y su jefa de cartera, Carmen Castillo, deberían evaluar la renovación del equipo completo de la coordinadora del Trasplante, hay profesionales de la salud que viven y respiran por este tema, ejemplos sobran; la Dra. Ana María Arriagada del Hospital Salvador, el Dr. Erwin Buckel de la Clínica Las Condes, la Enfermera Lydytt Alfaro del Sótero del Río. Y así cuántos más…

Doctor Rojas, despierte, hay gente que lo necesita.

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