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Actualizado el 27 de Abril de 2018

Los cuestionamientos a la forma como se mide la evasión del Transantiago

“Cualquier mejora al mecanismo de muestreo es muy razonable, pero no soluciona el problema de la alta evasión del pasaje. Es como si se quisiera mejorar la fiebre cambiando el termómetro”, afirma el especialista en transporte urbano, Rodrigo Martin.

Por Redacción EL DÍNAMO
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“Hay que evaluar la actual forma de medir y proponer una más representativa y confiable. Esperamos contar con un nuevo indicador durante el segundo semestre de este año”. Con estas palabras, la ministra de Transportes, Gloria Hutt, se refirió a la forma en que se mide la evasión. Esto, luego que este presentara una variación de cinco puntos entre enero-marzo de este año, donde la evasión alcanzó un 28,5%, y el trimestre anterior, que había registrado 23,7%. La diferencia extrañó al Gobierno y lo motivó a convocar una comisión de expertos para evaluar un nuevo mecanismo.

Sin embargo, para el experto en transporte urbano y académico de la Universidad de Santiago, Rodrigo Martin, no es necesario cambiar el mecanismo, sino que analizar las razones de por qué se presentó una diferencia tan grande entre un trimestre y otro. “Cualquier mejora al mecanismo de muestreo de la evasión es muy razonable, pero eso no soluciona el problema de la alta evasión del pasaje. Es como si se quisiera mejorar la fiebre cambiando el termómetro”, compara.

En la actualidad, la evasión se mide de acuerdo a un muestreo en que el Ministerio de Transportes elige 63 servicios de buses al azar, en los que un “observador incógnito” registrará la cantidad de pasajeros que pagan y los que no lo hacen. Luego, se calcula un promedio ponderado por cada empresa del Transantiago, a objeto de llegar al resultado final.

Para Martin, aunque se mejore el muestreo, la forma de medir la evasión siempre llegará a resultados aproximativos y, por lo mismo, será objeto de críticas constantes, porque nunca logrará cubrir la conducta de todos los usuarios del sistema. “Si uno quisiera medir la evasión con total certeza, la muestra tendría que cubrir el 100%, pero una fiscalización como esa sería tan costosa como la operación misma del sistema, por la cantidad de personas requeridas para llevarla a cabo”, sostiene.

Por otra parte, para el especialista existen razones que explican que la diferencia sea tan grande entre un trimestre y otro. En primer lugar, por el aumento del valor del pasaje efectuado a principios de año. Segundo, porque el Gobierno optó por postergar el mejoramiento del sistema de transportes, al dejar caer la licitación del nuevo Transantiago, que había dejado la ex Presidenta Michelle Bachelet y que consideraba la renovación de la flota, señal de mejoramiento de la calidad para el usuario que no fue considerada por la actual administración al momento de desestimar la convocatoria.

Finalmente, el académico insiste en el valor de tener cifras que puedan compararse en el tiempo, lo que se perdería si se cambia la manera en que se mide la evasión del Transantiago. “Hay que tener cuidado cuando se critica un resultado que no es el que uno espera. Hay un empeoramiento de la situación que, básicamente, se debe a una falta de señales de mejoramiento del sistema para el usuario”, concluye.

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